Hay amores a primera vista. Y otros que se crean del día a día, de un contacto más directo. El nuestro hacia Sara Frost es un binomio de ambos. De conocerla un día en un evento y de coincidir luego en algún otro, de hablar un poquito hoy, otro poquito mañana, y de ir forjando un contacto con la idea de hacer cosas juntas que se va dilatando en el tiempo hasta que un día, por fin, pones fecha y nombre al proyecto. A partir de ese día, tienes una sensación muy buena, como la de esa primera cita en la que sabes que todo va a ir bien. Porque ya te han hablado de ella. Porque el feeling siempre ha sido positivo. Y porque ya te has adelantado y sabes que el resultado, a la vista de sus trabajos anteriores, hablará por sí solo. Teníamos muy claro que la queríamos a ella, que ella iba a ser la única capaz de captar nuestra esencia, de sacar nuestra mejor sonrisa, nuestro momento más íntimo, de reflejar al 100% cómo es Presume de Boda.
Sara sabe muy bien cómo es fotografiar una boda. Pero también tiene una sensibilidad especial para el retrato, para captar ese momento, ese instante que, como su nombre indica, solo un artista es capaz de convertir en eterno. El color, la atmósfera, la dulzura, se palpa en cada instantánea, en cada una de las composiciones que ha creado para nuestra web en nuestro rincón favorito de la oficina. Así que hoy queríamos mostraros su trabajo, estas pequeñas piezas que, a partir de ahora, serán nuestra mejor imagen. La nuestra, de las dos, la que muestra nuestra mejor cara. Las sonrisas son reales, de los buenos momentos vividos durante la sesión de fotos. Nos hizo sentir muy cómodas, como si fuéramos viejas amigas. Desde luego, nos ha enamorado. No la dejaremos ir muy lejos, pues queremos que sea un amor para toda la vida.
Os vamos a enseñar hoy una pequeña muestra… porque queremos dejaros con ganas de más… Y es que, como todo lo bueno en esta vida, habrá segunda parte…
