Ya te lo ha pedido y habéis puesto en marcha la maquinaria para preparar el gran evento del año: vuestra boda. Lo haces con muchos meses de antelación para que no te «pille el toro». Bien por ti. Eso es un punto a favor que seguro te será muy útil, pero hoy nos hemos puesto el disfraz de abogado del diablo para ser no malas, simplemente realistas, e informarte, para que no te lleves ninguna sorpresa, que todo lo que te han contado alrededor de la organización de una boda es MENTIRA. No es todo bonito, no es todo maravilloso, no te embarga la emoción y la felicidad de principio a fin, ni todo el mundo se postra a tus pies para hacer de tus deseos órdenes. Hay momentos que los vas a disfrutar mucho, claro que sí, pero habrá otros que, con perdón de la expresión, te resultarán un verdadero coñazo y que hoy venimos a enumerar porque queremos que tengas toda la información en la mano (ya sabes, la información es poder). Quien avisa no es traidor…
Mito número 1: ¡Planear una boda no puede ser tan difícil!
MEC. ERROR. Si quieres una boda al uso quizás sí, pero como tengas la ilusión de hacer algo distinto y original, debemos decirte que eso te llevará más tiempo de lo normal. Si dispones de él no habrá problema, pero como éste sea más limitado, debemos decirte desde ya que la cosa será más complicada. No siempre es fácil porque no todos los proveedores son exactamente como habías imaginado, ni conoces todo lo que rodea el mundo boda ni cómo gestionarlo, y tampoco te has apañado nunca demasiado con el tema legal. Es importante también estar familiarizado con estos temas, de lo contrario podrías llevarte algún chasco por no haber consultado una duda a tiempo o por no haber matizado algún tema previa firma de contrato.
Mito número 2: Planear una boda es divertido
No siempre. Hay partes que, obviamente, son mucho más divertidas que otras, como por ejemplo diseñar una invitación o decidir los regalitos para los invitados. Pero quizás te toque organizar los hoteles en los que van a alojarse tu familia y amigos, encontrar una finca con unas características muy concretas o personalizar algún tema de la decoración cuando ni tienes tiempo ni eres precisamente una «manitas». Un Wedding Planner puede ayudarte en las tareas más arduas para que así puedas disfrutar de las tareas más chulas.
Mito número 3: Encontraré a mi proveedor a la primera porque tengo claro lo que quiero
Una tiene claro lo que quiere hasta que se pone a buscar y descubre que hay muchos peces en el mar. Proveedores los hay de muchos tipos, estilos y precios, y el mundo Internet digamos que no ha hecho sino complicar la decisión, pues es muy fácil caer rendida a más de uno. A veces es difícil tomar la decisión, así que un poco de ayuda externa seguro que te ayudaría a aclarar tus dudas. Porque, además, es muy fácil cometer el error de ir a una reunión con un proveedor y preguntar 2 cosas en lugar de las 20 que habrían hecho falta.
Mito número 4: En tres meses tengo yo esto listo
Ni te lo plantees a menos que seas la dama de hierro y tengas que buscar en el diccionario la palabra «estrés». Hay más temas de los que en realidad uno cree en un principio, así que nunca dejes para último momento la tarea de organizar tu boda, pues podría ser que te tocará tomar decisiones rápidas y eso nunca es bueno para algo tan importante como este tipo de evento.
Mito número 5: Las cosas van a salir bien
Ese es el espíritu, desde luego, pero como todo en esta vida, el tiempo y las personas son imprevisibles. A menos que tengas la intención de tener controlados a tus 150 invitados, algo de lo que te aconsejamos te olvides desde ya, es posible que el día en cuestión algo pueda fallar, porque somos humanos y porque todavía no han inventado ninguna fórmula mágica para controlar la lluvia. Cuenta con un profesional que pueda dar solución a cualquier problema sin que tú debas preocuparte ese día, pues tu objetivo final es disfrutar ese día con total intensidad y no estar pensando en si se mojarán las sillas de la ceremonia o si habrá que avisar a algún proveedor de que tenías pensado que hiciera su trabajo de otra forma a la que lo está haciendo…
Fotografía: Nacho Alba
