Imagen de Mr. Wonderful
Antes de empezar con el «post-protesta» de hoy quiero pedirte disculpas por el silencio de las últimas semanas. Sé que prometimos volver con fuerza y traerte novedades cada semana, pero a veces la vida te obliga a parar y a fijar prioridades. Septiembre está siendo el mes ideal para ello, un mes que nos ha obligado a centrarnos y a derivar nuestras fuerzas hacia otras tareas, profesionales y personales. Primero fue un programa de televisión que requirió de nuestros servicios (siempre es un buen reclamo que cuenten contigo para cosas así) y luego falleció mi abuelilla, a lo que se sumaron algunos problemas técnicos que me han tenido sin Internet unos cuantos días. En definitiva, un cúmulo de circunstancias que me han tenido un poco apartada del teclado. Lo siento, espero que sepas perdonarme y reengancharte de nuevo al blog.
Pero al grano. Hoy vengo reivindicativa, como ya he dejado caer al principio. Y es que tengo una reflexión en la cabeza a la que llevo dándole vueltas hace algunas semanas, sobre todo tras ver como algunas de nuestras novias dudaban un poco a la hora de imponer sus ideas en las fincas donde iban a celebrar su boda. Has visto que he puesto novias, en plural. La idea no es buscar conflicto, está claro, pero sí me gustaría recordarte que, como novia, tú mandas, que tu boda es tuya y que debes hacer lo que a ti te haga ilusión de verdad. Vamos, que eres el cliente, y que el cliente siempre tiene la razón. Nuestro consejo es que lo dejes todo claro desde el principio, antes de firmar contrato, y que si no les encaja, pienses que quizás no es tu finca. Así de claro. No puedes enfrentarte con miedo, con dudas, sino con decisión y las ideas muy claras. Que quieres plantar una barca en medio del jardín, pues no se hable más. ¿Es lo que tú quieres? Pues no renuncies a ello porque no les pueda hacer gracia a otros.
Eres tú, la novia, pero también está el novio, y todos vuestros invitados, y lo que quieres es lo mejor para todos pero, sobre todo, lo que te haga feliz. Y si no te atreves, cuenta con nosotras. Los Wedding Planners estamos también para ello, para defender vuestras ideas hasta el infinito y más allá, y crear la boda más maravillosa del mundo. ¿Qué me dices ahora? ¿De verdad te vas a callar lo que de verdad te apetece hacer?
