Cuando Sara nos contrató, no tenía ni idea de cómo quería que fuera su boda. Es más, ni siquiera se había planteado hasta ese momento la idea de casarse, una opción que debió empezar a plantearse por los cambios profesionales de Miguel, su pareja. Sí contó que buscaba algo distinto, que no quería la típica boda. Congeniamos desde el principio, y fuimos las primeras en apoyarla en su idea. Hoy, meses después, nos alegramos de haberle dado esos ánimos, porque ella solita fue la encargada de obrar el milagro y encontrar el sitio perfecto, un lugar ideal para una boda diferente y con la que asombrar a todos los presentes. Y es que busca que te buscarás dio con La Estación, una antigua estación de tren en Otero de Herreros y el lugar ideal para diseñar un evento industrial con las mejores características. No pudimos ser más felices cuando nos dio la noticia: primero, porque cumplía con su sueño de tener una boda distinta; segundo, porque nos dio carta blanca para hacer de ese evento algo muy especial. Hoy podemos mostraros las fotografías (del siempre inmeso Israel de Lago) de la decoración de ese día, de todo el cariño que pusimos en cada detalle para que esa boda industrial fuera espectacular. No podemos estar más orgullosas del resultado.
